viernes, 23 de enero de 2015

Por qué hablar de una Teoría de la Mente?

Sabemos que las personas con TEA, tienen una alteración (en menor o mayor medida) de la Teoría de la Mente. Pero qué es?

Ante cualquier tipo de actividad humana, tendemos a otorgarle algún significado. Nos explicamos los comportamientos de los demás, de manera que nos resulten consistentes y que tengan una cierta continuidad al devenir de las acciones de los otros y al discurrir de nuestros propios pensamientos.

Nuestra comunicación y vida de relación se verían seriamente comprometidas si esa competencia falla. Somos “compulsivos lectores”, dice el Dr. Daniel Valdez.
Somos lectores de las acciones y de las interacciones de los demás. Cuáles son la vías a través de las cuales “leemos”? Estas vías son las acciones, gestos, expresiones faciales, diálogos, miradas. Desciframos la intencionalidad de las acciones.
Ocurre que no todas las personas son expertas en esta lectura. Algunos no aciertan, otros son “analfabetos”.

Suponemos que las acciones humanas son orientadas por representaciones, simbolizaciones, creencias y deseos. Suponemos interioridad en el otro, semejante a la nuestra. Tenemos un mundo de experiencias capaz de ser compartido con los otros. Siempre compartimos experiencias: cuando conversamos, discutimos, cuando narramos, cuando miramos a los ojos a quien amamos. Cuando un bebé le señala a su mamá un objeto para mostrárselo, está compartiendo una experiencia, con un gesto que llamamos protodeclarativo. Con distintos niveles de complejidad, compartimos experiencias con quienes podemos atribuirle un mundo experimental. Si no, para qué compartimos?
La complejidad de la comunicación humana, las sucesivas inferencias que aparecen en una actividad interpersonal, implica la puesta en marcha de competencias que nos permiten entrar en mundos mentales ajemos y propios. Es la “mirada mental” a la que se refería Riviére (1996). Esta mirada nos permite interpretar la conducta de los otros, y poder predecir sus acciones. Nos permite comprender que el otro tiene creencias, emociones, deseos, intenciones, tal como yo también los tengo.
Imáginemos cuáles serían los déficits que supone su trastorno.


La Teoría de la Mente incluye la lectura de la conducta en términos de deseos o intenciones, la lectura ocular en relación a estados perceptivos, y el hecho de compartir estados mentales acerca de un objeto. Pero además, es la vía para representar estados mentales tales como pensar, simular, conocer, crecer, soñar, imaginar, adivinar, engañar…

Por qué hablamos de “teoría”? porque cuando tratamos de entender, predecir o explicar la conducta de los demás y la propia, usamos constructos teóricos, elaboramos una teoría de la mente, de la propia y la ajena.

Teoría de la Mente y espectro autista

¿Cómo afecta las funciones sociales y comunicativas el déficit de lectura mental en el contexto de la vida real? Baron Cohen (1999) respondió:

- Falta de sensibilidad hacia los sentimientos de otras
personas;
- incapacidad para tener en cuenta lo que otra persona sabe;
- incapacidad para hacerse amigos "leyendo" y respondiendo a intenciones;
- incapacidad para "leer" el nivel de interés del oyente por nuestra conversación;
- incapacidad de detectar el sentido figurado de la frase de un hablante;
- incapacidad para anticipar lo que otra persona podría pensar de las propias acciones;
- incapacidad para comprender malentendidos;
- incapacidad para engañar o comprender el engaño;
- incapacidad para comprender las razones que subyacen a las acciones de las personas;
- incapacidad para comprender reglas no escritas o convenciones.

El Dr. Valdez, en su artículo “Teoría de la Mente y espectro autista”, publicado en el libro en el “Autismo: enfoques actuales para padres y profesionales de la salud y la educación” editado por Fundec (2001) Buenos Aires, expone tres ejemplos claros:

“J. es un chico de 10 años con síndrome de Asperger. Al ver por primera vez a su maestro le comenta a su madre, en voz alta, "Qué (mala) pinta que tiene éste". Su madre se preocupa y me hace un comentario acerca de la forma de ser del niño y me dice que a veces la pone en apuros por su forma desinhibida de expresarse. Él no tiene la intención de agredir al maestro pero no es capaz de tener en cuenta que ese tipo de comentarios pueden herir la sensibilidad de las personas. Tampoco tiene la habilidad de disimular lo que está pensando o comentarlo en voz baja. Luego conversa con su maestro como si nada hubiera sucedido y lo invita a que un día vaya a jugar con su "play station''. J. Es sumamente candoroso y espontáneo. Pero esa espontaneidad puede llevarlo a no respetar convenciones sociales.

M. es un adolescente de 16 años con síndrome de Asperger. Conoce de memoria varios diálogos de películas de cine, sobre todo de dibujos animados y comedias. Cuando nos encontramos me pregunta si me ha gustado la película en la que "el niño dice..." y comienza a recitar un diálogo con las entonaciones y voces de diferentes personajes, sin reparar que no sé de qué película me habla, ni de qué escena, ni de qué personajes. No es capaz de darme, en ese contexto comunicativo, información relevante. Y para que la información sea relevante habría de tener en cuenta tanto lo que sé como lo que no sé. Dar la información necesaria para contextualizar su conversación e inhibir aquello que se supone constituye un contexto mental compartido.

S. se muestra incapaz de «leer» el nivel de interés del oyente por su conversación. No muestra preocupación por el hecho de que a mí pueda no interesarme lo que me cuenta. Le apasionan las marcas de los autos. Me comenta que los japoneses han fabricado autos de marca X y caracteriza los diferentes modelos, luego continúa con los automóviles americanos y europeos. Además, como trata de establecer un vínculo y tiene deseos de conversar, me pregunta, cada tanto, qué auto tengo, qué marcas me gustan, si prefiero los de cinco puertas o los de tres, cuáles son los colores de fábrica de ciertas marcas.”

Qué puede inferirse acerca de estos ejemplos? Nos basamos en los análisis del Dr. Valdez:
• Para conversar con otro, hay que ser capaz de leer señales contextuales, por ejemplo si la persona está ocupada o no.
• Seguramente, M. se siente rechazado porque no comprende esas claves, y no puede generar estrategias de acercamiento adecuadas.
• No puede utilizar las herramientas necesarias para establecer vínculos exitosamente.
• A pesar de que M. quiera vincularse, las relaciones humanas son un misterio para él. Y éste es un punto central en la problemática del TEA.

Quien no es competente para comprender el engaño o engañar, para comprender la mentira o mentir, se enfrenta a la imposibilidad para comprender, interpretar o anticipar la conducta de los demás.

Quien es “literal” a la hora de descifrar la conducta y el lenguaje de los otros, seguramente se siente frustrado y burlado en su ingenuidad.

Estas capacidades implican en el hombre el desarrollo de competencias interpersonales imprescindibles para su desarrollo normal.

Sotillo y Riviére (en prensa) señalan que la mentira está íntimamente relacionada con el engaño: aparece en situaciones de interacción social, es intencionada, usa habilidades relacionadas con la realización de inferencias mentalistas (de teoría de la mente), implican diferenciar la representación y el mundo, y diferenciar la representación propia de la ajena.

Se presentan importantes anomalías en la comunicación y el lenguaje en el autismo, de manera temprana en el desarrollo. Para Bailey, Phillips y Rutter (1996) el nivel de lenguaje es buen predictor de los resultados psicoeducativos y está asociado con alteraciones de conducta, rendimiento cognitivo y capacidades de relación social.
Algunos puntos importantísimos a considerar:
• En el autismo, se presentan serias anomalías en la comunicación y el lenguaje de manera temprana.
• Muchas veces el nivel de lenguaje es predictivo de los resultados psicoeducativos y está asociado con alteraciones de conducta, rendimiento cognitivo y capacidades de relación social. (Bailey, Phillips y Rutter, 1996).
• De manera independiente al nivel intelectual, las personas con autismo presentan déficit pragmático.
• Aparecen fallos en la adaptación de las conversaciones a los contextos comunicativos, al iniciar o mantener conversaciones, al intentar comprender el sentido figurado, metáforas, ironías, doble sentido, bromas y chistes.

El amplio abanico de alteraciones que se presentan en el TEA, abren una zona de problemas que exceden el déficit en la teoría de la mente.

Para ampliar la información, ya que esto es sólo un resumen, les dejo el enlace al documento, escrito por el Dr. Daniel Valdez, Dr. en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid. Recomendado para comprender acabadamente estos conceptos expuestos. En el artículo figuran las fuentes y las bibliografías consultadas.
http://www.inteco.cl/articulos/018/texto_esp.htm

jueves, 22 de enero de 2015

Para comprender mejor...

Qué es el Trastorno del Espectro Autista?
Qué es el TGD?
Qué es el autismo?


Exponemos algunos conceptos importantes, que no debemos desconocer a la hora de iniciar un abordaje en el aula.
Podemos encontrar en la escuela, alumnos con o sin diagnóstico, integrados con Proyecto de Integración, matriculados en la escuela común sin proyecto integrador, acompañados dos veces por semana por un Maestro Integrador, acompañado por un Acompañante o Asistente Externo… pero a veces, eternamente solo.
Cómo podemos definir y explicar de una manera clara los Trastornos del Espectro Autista? Veamos algunos conceptos.
De alguna manera, podemos decir que se trata de un conjunto de trastornos caracterizados por retrasos y alteraciones cualitativas en el desarrollo de las áreas sociales, cognitivas y de comunicación, así como la posesión de un repertorio repetitivo, estereotipado y restrictivo de conductas, intereses y actividades. En la mayoría de casos, el desarrollo es atípico o anormal, desde las primeras edades, siendo su evolución crónica.
Estos trastornos se caracterizan por una alteración de varias áreas del desarrollo: habilidades para la interacción social, habilidades para la comunicación o la presencia de comportamientos, intereses o actividades estereotipadas.
Actualmente, al hablar de “espectro” se pone el acento en los aspectos dimensionales. Se plantean diferenciaciones cualitativas alteradas en las áreas de desarrollo: comunicación y lenguaje, relaciones sociales y flexibilidad. . Por ejemplo, en la dimensión de la comunicación y el lenguaje, encontramos personas con autismo que poseen lenguaje y otras que no, pero pueden comunicarse por diferentes vías.
Por ello, se puede concluir que los Trastornos del Espectro Autista (TEA) son cuadros con diferentes niveles de alteración en los continuos dimensionales en las áreas de desarrollo afectadas.
Aparecen grandes dudas, generalizaciones y controversias al evocar definiciones desde las distintas teorías, pero aparecen tres explicaciones psicológicas a las que debemos atender, para aclarar algunos conceptos:
1) Alteración de ciertas competencias: según Riviére, estas competencias que “le permiten al niño compartir afectivamente con los demás el mundo mental. Penetrar intersubjetivamente a través de la emoción y del afecto en el mundo de los demás y así constituirse como un ser intersubjetivamente vinculado a las personas y desde esa intersubjetividad desarrollar los símbolos, el lenguaje, las capacidades de comunicación […] las personas con autismo diferencian mal las emociones ajenas y la producción emocional propia es mucho más limitada que la de las otras personas. A las personas con autismo les resulta especialmente difícil sentir con los demás, tener una especie de vivencia intersubjetiva de que los demás son seres con un mundo interno, son seres con experiencia, con los que es posible compartir afectivamente emociones.”
2) Segunda teoría: es la que explica al autismo por la dificultad de formar representaciones que vayan más allá de lo literal y lo inmediato. Dice Riviére “si una persona no es capaz de formar metarrepresentaciones, tampoco puede llegar a darse cuenta de que los demás son seres que tienen representaciones. Entonces tanto la inhabilidad de fingir, de simular y de hacer juegos de ficción como de metarrepresentar, la incapacidad de tener una Teoría de la Mente sería el trastorno básico.”
3) Tercera explicación: deriva de un modelo neuropsicológico que habla de algunas funciones cerebrales que implican la capacidad de enfrentarse con flexibilidad a las dificultades de la vida. Se trata de la “función ejecutiva”, que son aquellas dirigidas a una meta, orientadas hacia el futuro y que están mediatizadas por la corteza frontal. Estas competencias implican habilidades cognitivas como la planificación, la memoria de trabajo, control de impulsos, inhibición y flexibilidad mental y capacidad para comenzar una acción y monitorizarla. También la función ejecutiva está relacionada con las estrategias y planificación para resolver problemas, la autorregulación y el autocontrol. Para Riviére, el trastorno de la función ejecutiva es otra forma de denominar la “insistencia en la mismidad” que Kanner formuló. La presencia de rituales, estereotipias, obsesiones, intereses limitados, la resistencia a cambios ambientales fuertes, la tendencia a quedarse con aspectos locales frente a la percepción de la globalidad son características vinculadas al trastorno de flexibilidad propios del autismo.

Bibliografía consultada:
-Seldas, Rubén Palomo Trastorno del Espectro de Autismo. Traducción del DSM- V
- Valdéz, Daniel Ayudas para aprender. Trastornos del desarrollo y prácticas inclusivas. Editorial Paidós, Buenos Aires, 2009.

domingo, 18 de enero de 2015

DSM V: Qué es el autismo? Qué es el TEA?

Rubén Palomo, miembro de AETAPI, en su traducción del DMS-V, realiza las siguientes consideraciones:
El DSM V (Manual de diagnósticos y estadístico de los trastornos mentales), realiza una aproximación histórica del manual, y así vemos cómo clasifica:
• DSM-I y en el DSM-II (1952 y 1968) el Autismo era considerado un síntoma de la Esquizofrenia.
• DSM-III (1980) se comenzó a hablar de Autismo Infantil.
• DSM-III- R (1987) incluyó el Trastorno Autista.
• DSM-IV-TR (2000) se definen cinco categorías diagnósticas dentro de los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD): Trastorno Autista, Trastorno de Rett, Trastorno Desintegrativo Infantil, Trastorno de Asperger y Trastorno Generalizado del Desarrollo no especificado.
• DSM-5 (2013) habla de una única categoría, el Trastorno del Espectro del Autismo (TEA).

TRASTORNO DEL ESPECTRO DE AUTISMO . 299.00 (F84.0)

El DSM V habla de criterios diagnósticos:

A. Déficits persistentes en comunicación social e interacción social: en múltiples contextos, según se manifiestan en los siguientes síntomas, actuales o pasados:
1.Déficits en reciprocidad socio – emocional; por ejemplo, van desde mostrar acercamientos sociales inusuales y problemas para mantener el flujo de ida y vuelta normal de las conversaciones; a una disposición reducida por compartir intereses, emociones y afecto; a un fallo para iniciar la interacción social o responder a ella.
2. Déficits en conductas comunicativas no verbales usadas en la interacción social; rango de comportamientos que, por ejemplo, van desde mostrar dificultad para integrar conductas comunicativas verbales y no verbales; a anomalías en el contacto visual y el lenguaje corporal o déficits en la comprensión y uso de gestos; a una falta total de expresividad emocional o de comunicación no verbal.
3. Déficits para desarrollar, mantener y comprender relaciones; rango de comportamientos que van, por ejemplo, desde dificultades para ajustar el comportamiento para encaja en diferentes contextos sociales; a dificultades para compartir juegos de ficción o hacer amigos; hasta una ausencia aparente de interés en la gente.
La severidad se basa en la alteración social y comunicativa y en la presencia de patrones de comportamientos repetitivos y restringidos.

B. Patrones repetitivos y restringidos de conductas, actividades e intereses: que se manifiestan en, al menos dos de los siguientes síntomas, actuales o pasados (los ejemplos son ilustrativos):
1. Movimientos motores, uso de objetos o habla estereotipados o repetitivos; (ejs., movimientos motores estereotipados simples, alinear objetos, dar vueltas a objetos, ecolalia, frases idiosincrásicas).
2. Insistencia en la igualdad, adherencia inflexible a rutinas o patrones de comportamiento verbal y no verbal ritualizado; (ejs., malestar extremo ante pequeños cambios, dificultades con las transiciones, patrones de pensamiento rígidos, rituales para saludar, necesidad de seguir siempre el mismo camino o comer siempre lo mismo)
3. Intereses altamente restringidos, obsesivos, que son anormales por su intensidad o su foco; (ejs., apego excesivo o preocupación excesiva con objetos inusuales, intereses excesivamente circunscritos o perseverantes
4. Hiper -o hipo -reactividad sensorial o interés inusual en aspectos sensoriales del entorno; (ej., indiferencia aparente al dolor/temperatura, respuesta adversa a sonidos o texturas específicas, oler o tocar objetos en exceso, fascinación por las luces u objetos que giran).

La severidad se basa en la alteración social y comunicativa y en la presencia de patrones de comportamientos repetitivos y restringidos.


C. Los síntomas deben estar presentes en el período de desarrollo temprano. (Aunque pueden no manifestarse plenamente hasta que las demandas del entorno excedan las capacidades del niño, o pueden verse enmascaradas en momentos posteriores de la vida por habilidades aprendidas).

D. Los síntomas causan alteraciones clínicamente significativas: a nivel social, ocupacional o en otras áreas importantes del funcionamiento actual.

E. Estas alteraciones no se explican mejor por la presencia de una discapacidad intelectual (trastorno del desarrollo intelectual) o un retraso global del desarrollo. La discapacidad intelectual y el trastorno del espectro de autismo con frecuencia coocurren; para hacer un diagnóstico de comorbilidad de trastorno del espectro de autismo y discapacidad intelectual, la comunicación social debe estar por debajo de lo esperado en función del nivel general de desarrollo.

Nota: Los individuos con un diagnóstico DSM -IV bien establecido de Trastorno autista, síndrome de Asperger o trastorno generalizado del desarrollo no especificado, deben recibir el diagnóstico de trastorno del espectro de autismo. Los individuos que tienen marcados déficits en comunicación social, pero cuyos síntomas no cumplen los criterios para el trastorno de espectro de autismo, deberán ser evaluados para el trastorno de comunicación social (pragmática).